La Basílica de Sacre Coeur en Montmartre, París, se convierte en el escenario de la celebración de la Semana Santa, donde fieles y visitantes participan en el tradicional Vía Crucis presidido por el arzobispo de París, en un ambiente de devoción y reflexión, a pesar del clima invernal que persiste en la ciudad.
Por Néstor Gónzalez.
La Basílica de Sacre Coeur, en la cima de Montmartre, el punto más alto de París, es parte fundamental de la historia de la Iglesia francesa. Es un templo de Adoración, es decir, se reza al Santísimo Sacramento, todos los días las 24 horas ininterrumpidas desde hace casi 140 años. Único en el mundo. Tan es así que hay una hospedería donde los huéspedes se comprometen a rezar en la madrugada en determinado horario.
Este Viernes Santo tuvo lugar el tradicional Vía Crucis, presidido por el arzobispo de París. Fue un día destemplado y todavía no apareció la primavera parisina.
