En una tarde de otoño en el año 1984, en Buenos Aires, desaparecía sin dejar rastros la doctora Cecilia Enriqueta Giubileo. El lugar de los hechos fue en la ciudad de Lujan en la institución “Colonia Montes de Oca”. Este hecho, que conmovió a la opinión pública se convirtió en unos de los mayores misterios de la historia policial argentina. Este 17 de junio se cumplen 37 años de su desaparición.
Las hipótesis posibles entorno a este hecho:
- Secuestrada por un grupo de tareas.
- Tráfico de órganos.
- Ataque dentro del nosocomio.
El abogado de la familia, el Dr. Marcelo Parrilli nos dijo lo siguiente: “Cecilia desapareció en 1985 cuando ya los grupos de tareas no operaban. La hipótesis más fuerte es que fue víctima de un homicidio dentro de Montes de Oca. Los motivos pueden haber sido varios fundamentalmente vinculados con haber visto algún delito allí dentro tal como maltrato de internos que podía llegar al abandono de estos, robo de medicamentos, robo de comida o combustibles o algo por el estilo. No creo que haya habido tráfico de órganos porque la Colonia no tenía infraestructura para eso”.
“Víctima de un homicidio dentro de la Colonia”. Acá hay un dato particular los posibles testigos del hecho no podían hablar, el personal de Open Door fue interrogado uno por uno, pero los pacientes eran testigos mudos, porque no podían expresarse. Todos eran pacientes con distintas enfermedades mentales.
Dos días después de la denuncia realizada por la familia encontraron a una interna en un campo rural desnuda y con signos de haber sido violada. La paciente juro haber visto a la Doctora atada y golpeada. Esta prueba nunca fue confirmada por la justicia ni siquiera fue investigada.
La justicia fallo en el armado de la causa, además, hubo factores extras que ayudaron a que el caso quedará impune. En 1984 las fuerzas represivas de la dictadura militar todavía eran parte de la policía y del ejército. El país se encontraba convulsionado y en pleno cambio constitucional. La democracia daba sus primeros pasos luego de la asunción de Raúl Alfonsín al frente del ejecutivo. La pista “política” estuvo siempre entre las posibilidades de ser una prueba porque la doctora fue militante de la Juventud Católica. Aunque esta idea fue desestimada por el Dr. Parrilli.
El dato más duro: “Cecilia vio algo que le costó la vida”. Acá, esta la pista más firme y tiene que ver sobre las muertes de los pacientes en Montes de Oca. Cuando investigaron donde residía la médica, según las amigas, se robaron del departamento de la calle Humberto Primo la libreta donde anotaba las sospechosas muertes de los enfermos. Esta idea no prospero, quizás por encubrimiento o por falta de ir a buscar la investigación al lugar de los hechos, esto último fue remarcado en varias oportunidades por Parrilli cuando hablaba en los medios de la época.
El expediente se armó muy lentamente, esto hizo entorpecer la causa, además se borraron las pistas claves del hecho porque en la última zona donde estuvo Giubileo fue rápidamente pintada y refaccionada misteriosamente por las autoridades de la institución psiquiátrica.
Todo se dio en un marco de pistas falsas, allanamientos sin obtener datos claros o bien testigos que no podían ayudar a esclarecer el caso. Hoy a 37 años tomamos como ejemplo de lo que no se debe hacer en materia policial y quedará para siempre en la retina de los argentinos como un modelo de impunidad.
