La producción de vacunas contra el COVID-19 se convirtió en un negocio multimillonario para los laboratorios.
Por Matías Fidel Cacheiro.
La industria farmacéutica es una de las más fuertes del planeta. Los laboratorios tienen la capacidad para desarrollar las vacunas, la única solución conocida hasta el momento para poner fin a la crisis sanitaria que trajo aparejada la pandemia de coronavirus. Se trata de un gran negocio que acumula ganancias estrafalarias.
Innovación. tecnología. lobby, confidencialidad y millones son los 4 conceptos fundamentales para comprender el funcionamiento del sector farmacéutico que, desde el inicio de la pandemia, no dejaron de aumentar sus ganancias. De acuerdo al último informe del “Institute for Human Data Science” (HYQVIA), el gasto mundial en medicamentos alcanzará los 1,6 billones de dólares en 2025, lo que representa un crecimiento anual del 3% al 6%. Sin embargo, en esta cifra no se incluye el gasto en vacunas contra el COVID-19 que en el mercado representa un negocio en sí mismo.
El desarrollo de vacunas requiere habilidades especiales y capacidades biotecnológicas que impiden que cualquiera pueda empezar a producirlas. Es por eso que la industria farmacéutica es la encargada de su producción. La elaboración de vacunas representa un negocio multimillonario para los laboratorios. Hasta antes que comenzara la pandemia, el mundo fabricaba alrededor de 5 mil millones de dosis al año que cubrían todas las patologías. Hoy se estima que sólo para combatir el coronavirus se deben producir unos 11 millones anuales. La inédita demanda hace que el gasto mundial en vacunas, según HYQVIA, alcance los 157 mil millones de dólares de aquí al 2025. Solo en el 2021, los laboratorios registraron ganancias por 53 mil millones de dólares y se cree que las utilidades serán de 51 mil millones en 2022.
Se espera que las vacunas alcancen a proteger al 70% de la humanidad.
Tan importante como las capacidades técnicas es tener una buena agenda de contactos en la industria farmacéutica. En todo el mundo, estas compañías nacen y se desarrollan en una estrecha relación con los Estados y los fondos públicos. En materia de salud, son los Estados sus principales clientes junto con algunas organizaciones internacionales. Gracias a estos vínculos con los gobiernos y el poder obtienen subsidios, incentivos y pueden desarrollar nuevas investigaciones.
El financiamiento público a las vacunas contra el COVID-19 es una de las razones por las cuales los gobiernos son tan cuestionados por la prensa y el público en general. Fundamentalmente debido a la falta de transparencia de los acuerdos alcanzados con los laboratorios para la elaboración y distribución de los medicamentos.
