CORTAZAREANDO

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Por  Gabriela Fernández Rosman

 

Hoy se cumplen 108 años del nacimiento de Julio Cortázar

Leer a Julio Cortázar es asegurarse la partida pero a la vez estar dispuesto al asombro y a los juegos del lenguaje o a su enredada trama psicológica. Hay que tener la destreza de los amantes de la buena literatura y no embaucarse porque sus armas secretas lo pueden traicionar a uno en ese caso. Aunque todos, inclusive como lectores, contamos con nuestras “armas secretas” para transitar los textos. En el caso de estos cuentos de Cortázar nos resultan imprescindibles. Problemas de pareja que nos introducen en universos fantásticos y hasta paranormales. Contextos intrigantes mezclados con pinceladas de realismo mágico y pistas que se develarán en el final de los textos que mantienen el estilo indirecto, el aire irrisorio y el trayecto sinuoso hasta el desenlace. Elementos que surgen muy claros por ejemplo en el cuento “Cartas de mamá” o “El perseguidor”. Las armas secretas fueron publicadas por primera vez en el año 1959, el lector se encuentra con cinco relatos que no puede abandonar hasta el final. Luego de Final de Juego e Historias de cronopios y de famas se puede asegurar, sin dudarlo, que Las armas secretas es una muestra de las que mejor plasman los recursos y técnicas literarias del autor y de que la literatura fantástica no es fantasía sino que puede involucrar aquellos aspectos de la realidad que no solemos advertir, historias que tienen que ver con el subconsciente, con las alucinaciones, la vida después de la muerte, el pensamiento metafísico. Escenas que no siempre encajan con la historia, personajes a quienes les suceden hechos misteriosos entremezclados con tópicos de la vida diaria como el amor, la soledad, lo erótico.

Los cinco relatos que incluye Las armas secretas los escribió en París, cuando ya estaba asimilado a la sociedad que lo rodeaba. Digamos que pertenecen a la época clásica de Cortázar.

El perseguidor es el más extenso de esos cinco cuentos y el más lleno de elementos surrealistas y difusos que se refieren a la problemática del arte como búsqueda infatigable de una realidad que trascienda el plano de lo físico. Los buenos servicios es quizás el cuento más cómodo para la lectura e interpretación, no así Las cartas de mamá que exige una lectura más detenida porque está lleno de avances y retrocesos en el tiempo, en el marco de la muerte de un individuo y el  tema del remordimiento.

Son cuentos exigidos para lectores exigentes porque Julio Cortázar más que un escritor, es un paradigma de la literatura.

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